La dosis de anestésico propofol que causó la muerte a Michael Jackson fue la equivalente a la que se emplea en una "cirugía delicada", según el informe completo del forense de la autopsia del "rey del pop".
Las autoridades habían anunciado hace meses que el cantante había fallecido por una "intoxicación aguda" de medicamentos, si bien hoy quedó confirmado que la causa principal de la muerte fue una excesiva cantidad de propofol en su cuerpo.
El que fuera médico de Jackson, Conrad Murray, acusado hoy de homicidio involuntario por la repentina muerte del artista, admitió en los interrogatorios policiales que suministró propofol a Jackson junto con otros fármacos el día de su fallecimiento para ayudarle a combatir el insomnio.
La dosis resultó excesiva, según se supo en la autopsia, y se administró sin que se cumplieran los requisitos médicos necesarios para el empleo de ese tipo de sustancias utilizadas únicamente en hospitales.
"Los estándares de la atención para la aplicación de propofol no se cumplieron", se afirmó en el documento forense.
"Los equipos recomendados para seguir las constantes vitales del paciente, suministrar con precisión las dosis y realizar reanimaciones no estaban presentes", se indicó.
En la casa de Jackson se encontró un tanque de oxígeno vacío y equipamiento desconectado.
Los forenses señalaron que los sedantes suministrados por Murray además del propofol podrían haber contribuido a aumentar el efecto del anestésico.
Fuente: EFE
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