Dorian Holley habla de Michael Jackson

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Dorian Holley, director vocal de This Is It, comenta que Michael Jackson pasó la última noche de su vida haciendo lo que siempre hizo en su vida: cantando y bailando. A pocos días de cumplir el primer año de la muerte del “rey del pop”, Dorian Holley, director vocal de la gira del retorno del cantante, comentó cómo fueron las últimas horas del artista, describiéndolo como un incesante perfeccionista y como alguien que iba a volver al negocio de la música con un espectáculo sin precedentes que marcaría un antes y un después.

Entre una enorme pizarra llena de canciones para sus 50 conciertos en Londres, que comprendían la gira “This Is It”, y acompañado de colegas y amigos, Michael ensayó en el Staples Center de Los Ángeles, hasta minutos antes de la medianoche del 24 de junio. Estaba maravillado por la enorme escenografía que había sido instalada sobre su tarima. “Brillaba intensamente sobre el escenario y uno podía verlo”, comenta Dorian Holley. “Esa noche él creía que, finalmente, su espectáculo ya era un todo. Fue un gran momento”.
Holley comenta que Michael ensayó hasta antes de la medianoche del 24 de junio, pues se distrajo con diversas reuniones. 12 horas más tarde, una llamada al 911 revelaba que Michael Jackson “no respira y no responde a la CPR (reanimación cardiopulmonar)”.

El ícono del pop se había mostrado distinto durante los ensayos: no estaba afligido por nada y quizás más contemplativo, dice Holley, que entrenó a Jackson en sus giras como solista desde 1987. En la preparación para sus giras anteriores, los integrantes del elenco (bailarines, etc.) eran elegidos a través de una cinta de video, pero para los de “This Is It”, los conciertos programados en Londres para julio del año pasado, Jackson estaba mucho más presente y disponible, atendiendo ensayos y con impaciencia hablando con cada uno del equipo sobre la misión más grande detrás del tour.

"Siempre nos dejaba con la boca abierta"
Hasta la última hora de ensayos mantuvo un paso feroz y perfeccionista, dice Holley, quien, después de varias décadas trabajando con el cantante, aún lo asombraba su valor físico y vocal, sobre todo porque algunos se preguntaban si Michael, con 50 años encima, aún podía liderar un escenario. “Se apoderaba del escenario con su grupo de bailarines, todos ellos de 20 años, pero uno no podía dejar de mirarlo únicamente a él. Siempre demostró que se hacía lo que él quería cantando y bailando, con lo que nos dejaba con las bocas abiertas”.

Un mensaje de texto del jueves 25 de junio por la tarde dio a Holley la primera indirecta de malas noticias, una nota que decía que Jackson había sido trasladado a un hospital. Ni él ni su equipo supo reaccionar a la incertidumbre, así que hizo lo de siempre: ensayar. Jackson estaba preparándose para volver al mundo. Dice Holley que la última noche que vio a Jackson supo que él estaba listo para mostarse al mundo. “Me hubiera encantando que, por lo menos, el público vea aunque sea uno de los conciertos que preparamos”.

Fuente: www.terra.com.pe

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